miércoles, 16 de julio de 2008
historia del boxeo
Los hombres luchan con los puños desde el mismo día en que comenzaron a vivir en comunidad. Esta forma de defensa, junto a las piedras y las mazas para defenderse de los peligros, siguieron utilizándolas para abrirse paso a través de los milenios que separan su condición de salvaje del período en el cual surgen las civilizaciones primitivas.
Pero el boxeo como deporte o espectáculo, se desarrolló varios siglos más tarde, cuando los hombres llegaron a formarse una seguridad física y económica que les permitió dedicar tiempo y energías a las distintas actividades recreativas.
La evolución de este deporte ha sido muy lenta y su comienzo se remonta a la Isla de Creta, lugar de una floreciente civilización, 1500 años a.n.e., donde las excavaciones realizadas demuestran que allí se practicó una forma rudimentaria de boxeo. También los poemas de Homero, que fueron cantados hace 3000 años, contienen alguna referencia al deporte de los puños.
El pugilato fue practicado por los atletas de Atenas y de otras ciudades-estados griegas y estaba incluido en el programa de los Juegos Olímpicos Antiguos. Por otra parte, en Roma, los pugilistas participaron con frecuencia en los combates entre gladiadores que se realizaron en el Coliseo. De acuerdo con el decaimiento de la fuerza política y económica del Imperio Romano, la posibilidad de costear los grandes espectáculos también disminuyó y los boxeadores y gladiadores desaparecieron gradualmente. Otra de las razones que influyeron en el abandono de la actividad fue el surgimiento de la religión cristiana, la que siempre mostró una completa oposición por ese tipo de enfrentamiento bilateral entre seres humanos.
El resurgir del boxeo, como forma de entrenamiento público, es paralelo al desarrollo de las ciudades modernas. A principios del siglo XVIII, el boxeo ya era un deporte popular en Londres, y para 1719 había crecido tanto el interés que un hombre, James Figg, luego de las sucesivas victorias que alcanzó sobre destacados púgiles, llegó a ser reconocido como indiscutible campeón de Inglaterra. Aquellos primeros combates carecieron por completo de organización y más bien parecían riñas callejeras. Aparte de realizarse sin guantes, los antagonistas se agarraban con las manos igual que en la lucha e iban al suelo, más por traspiés que derribados por los puñetazos del adversario.
La relativa transformación del boxeo, desde poco menos que una carnicería hasta la práctica actual, se debió a la reglamentación del método de encuentros deportivos entre dos hombres, realizada por Jack Broughton, quien ha recibido el calificativo de Padre del Boxeo. Sin embargo, la estructura definitiva del pugilismo moderno comenzó a desarrollarse con la implantación de las reglas atribuidas a John Sholto Douglas, octavo marqués de Queensberry, el cual introdujo sustanciales modificaciones , entre ellas la utilización de los guantes para pleitos de aficionados o profesionales.
A pesar de la gran popularidad de que gozaba este deporte en varios países europeos, no se incluyó en el calendario de los I Juegos Olímpicos, celebrados en Atenas (1896), y se argumentó que esta práctica era peligrosa y que los que la llevaban a cabo eran los peores elementos de la sociedad. Ocho años después, en la ciudad de San Luis, Estados Unidos, en ocasión de la tercera edición olímpica los estaounidenses consiguieron que se incorporara al programa oficial competitivo. A partir de 1924, en los Juegos Olímpicos de París, quedó reglamentado que solo podía actuar un peleador por país en cada división.
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